sábado, 31 de mayo de 2008

LESBIANISMO Y HOMOSEXUALIDAD MASCULINA

....01.LESBIANISMO:
"Un acto de resistencia" por Cheryl Clarke. La afronorteamericana Cheryl Clarke ha sido una editora de Conditions, una revista feminista de Nueva York. Autora de dos libros de poesía: Narratives y Poems in the Tradition of Black Women (Narrativas, Poemas en la tradición de las negras; New York: Kitchen Talbe/Women of Color Press, 1983) y Livian as a Lesbian (Viviendo como lesbiana, Ithaca, NY: Firebrand Books, 1986). Recientemente ha terminado un libro de poemas narrativos titulado, Scarred Rocks (Rocas cicatrizadas). Actualmente es profesora en la Universidad de Rutgers, New Jersey.
(Cuando implique la autora: "estar encerrado en el closet" se refiere a todas aquellas personas que no hacen explícita su conducta en tanto orientación sexual. Es un: "estar encerrado a la vista de todos". Lo he traducido, creo mejor, como "ropero" más que "placard", porque atiende a una connotación más antigua y obsoleta. NdeJHRM.)
Ser lesbiana en una cultura tan supremacista-machista-capitalista- misógina-racista-homofóbica e imperialista, es un acto de resistencia, una resistencia que debe ser acogida a través del mundo por todas las fuerzas progresistas. No importa como una mujer viva su lesbianismo: en el "ropero", en la legislatura del estado, o en la recámara. Ella se ha rebelado contra su prostitución al amo esclavista, ésta corresponde a la hembra heterosexual que depende del hombre. Esta rebelión es un negocio peligroso en el patriarcado. Los varones de todos los niveles privilegiados, de todas clases y colores poseen el poder de actuar legal, moral, y/o violentamente cuando no pueden colonizar a las mujeres, cuando no pueden limitar nuestras prerrogativas sexuales, productivas, reproductivas, y nuestras energías. La lesbiana, esa mujer "que ha tomado a otra mujer como amante" ha logrado resistir el imperialismo del amo en esa esfera de su vida. La lesbiana ha descolonizado su cuerpo. Ella ha rechazado una vida de servidumbre que es implícita en las relaciones heterosexistas/heterosexuales occidentales y ha aceptado el potencial de la mutualidad en una relación lésbica, no obstante los papeles. (Se refiere a los papeles masculino/femenino o "butch"-"femme" que las lesbianas a veces toman y que parecen reflejar los papeles tradicionales de hombre/mujer en la relación heterosexual. Editora.)
Históricamente, la cultura occidental ha llegado a identificar a las lesbianas como mujeres que, a través del tiempo, tienen una serie y variedad de relaciones sexuales/sentimentales con mujeres. Yo mismo identifico a una mujer como lesbiana cuando ella dice que es lesbiana. El lesbianismo es un reconocimiento, un despertar, un redespertar de la pasión de las mujeres por las mujeres. Las mujeres, a través de las épocas, han peleado y han muerto antes que negar esa pasión. La síntesis reciente que se desarrolla del lesbianismo y el feminismo (dos ideologías centradas e impulsadas por mujeres), intenta acabar con el misterio y silencio que rodea al lesbianismo. El análisis que sigue se ofrece como una incisión pequeña contra esa piedra de silencio y secretos. Dedico esta obra a todas las mujeres ocultadas por la historia cuyo sufrimiento y triunfo han hecho posible que yo pueda decir mi nombre en voz alta. En particular, quiero darle mi agradecimiento a la "Declaración de la Colectiva Río Combahee". Este documento se ha convertido en un manifiesto del pensamiento, acción y práctica radical feminista al adoptar "la lucha contra la opresión racial, sexual, heterosexual y clasista".
No existe un solo tipo de lesbiana, no hay un solo tipo de comportamiento lésbico, y no hay solo un tipo de relación lésbica. Igualmente, no hay sólo un tipo de respuesta a las presiones que las mujeres sufren para vivir como lesbianas. Una visibilidad lésbica más grande en la sociedad no quiere decir que todas las mujeres que están envueltas con mujeres en relaciones sexuales-sentimentales se llamen lesbianas, ni que se identifiquen con una comunidad lésbica específica. El predominio de la homofobia causa a muchas mujeres a que se relacionen con una comunidad específica como lesbianas y que "pasen" de heterosexuales mientras anden entre los "enemigos", (Esconderse en el "ropero" de la pretensión o privilegio heterosexual, sin embargo, no evita el descubrimiento). Otras pueden ser políticamente activas como lesbianas, pero aun temen expresar abiertamente su lesbianismo mientras atraviesan territorio heterosexual. Después, hay las mujeres que concientemente se comprometen con relaciones sexuales-sentimentales con mujeres y se ponen la etiqueta de "bisexual". Bi-sexual es un término más seguro que el de lesbiana porque sugiere la posibilidad de una relación con un hombre. Finalmente, existe la mujer que es lesbiana donde sea y dondequiera, que está en directa y constante confrontación con la pretensión, privilegio, y opresión heterosexual.
Donde sea que nosotras como lesbianas nos encontremos a lo largo de este muy generalizado continuo político/social, tenemos que saber que la institución de la heterosexualidad es una costumbre que difícilmente muere y que a través de ella las instituciones de varones supremacistas aseguran su propia perpetuidad y control sobre nosotras. A las mujeres se les mantiene y contiene por medio del terror, la violencia y la rociada de semen. Es provechoso para nuestros colonizadores confinar a nuestros cuerpos y alienarnos de nuestros propios procesos vitales, así como fue provechoso para los europeos esclavizar al africano y destruir toda memoria de una previa libertad y autodeterminación, Margaret Walker y Alex Haley, no obstante. (Margaret Walker, autora de Jubilee, Nueva York, Bantam, 1960 y Alex Haley, autor de Roots, 1976, son dos escritores afronorteamericanos, cuyas novelas históricas intentan reconstruir el pasado).
Así como la fundación del capitalismo occidental dependió del tráfico del esclavos en el Atlántico Norte, el sistema de la dominación patriarcal se sostiene por la sujeción de las mujeres a través de una heterosexualidad obligada. Así es que los patriarcas tienen que alabar la pareja del muchacho-muchacha como algo "natural" para mantener a las mujeres (y a los varones) heterosexuales y obedientes de la misma manera que el europeo tuvo que alabar la superioridad caucásica para justificar la esclavitud de los africanos. Frente a ese trasfondo, la mujer que elige ser lesbiana vive peligrosamente.
El análisis de un pensador y escritor socialista, Manning Marable refleja una postura de cambio. En una discusión sobre la violencia, Marable les propone este reto a los varones:

"Para que haya posibilidad de que ocurran cambios fundamentales, la lucha contra la violencia se tiene que hacer dentro de todos los movimientos progresistas sociales. Las personas que no ponen la lucha por los derechos democráticos y humanos de las mujeres en el centro de sus postulados sociotransformativos, están simplemente duplicando las prácticas y los pensamientos predominantes de la antigua sociedad civil, racista. A través de un proceso de autocrítica y una reeducación extensa, los varones tienen que romper con la lógica de lo que ha significado ser hombre, para así redefinirse a sí mismos y sus relaciones con las mujeres."

Para mí, personalmente el acondicionamiento para ser autosuficiente y la predominancia de mujeres ejemplares en mi vida, son las raíces de mi lesbianismo. Antes de hacerme lesbiana, frecuentemente me preguntaba por qué se me exigía no dar importancia o evitar y hacer trivial el reconocimiento y el apoyo que sentía hacia las mujeres, a fin de perseguir el asunto tenue de la heterosexualidad. Y no soy única. Como lesbianas políticas, es decir, lesbianas que resisten los intentos de la cultura predominante de mantenernos invisibles y sin poder, tenemos que hacernos más visibles a nuestras hermanas escondidas en sus "roperos" varios, encerradas en las prisiones del autoodio y la ambigüedad, temerosas de tomar ese paso de mujeres que se unen más allá de lo sexual, lo privado, lo personal. No estoy tratando de cosificar ni al lesbianismo ni al feminismo. Trato de mostrar que el lesbianismo-feminismo tiene el potencial de trastrocar y transformar un componente mayor del sistema de la opresión de las mujeres, es decir, la heterosexualidad rapaz. Si el feminismo-lesbianismo radical pretende una visión antiracista, anticlasista, y antiodio de la mujer que forma una unión mutua, recíproca, e infinitamente negociable; una unión libre de las antiguas prescripciones y proscripciones de la sexualidad, entonces toda la gente que batalla para transformar el carácter de las relaciones en esta cultura tiene algo que aprender de las lesbianas. Hablando heterosexualmente, las leyes y los tabús fueron un reflejo del intento del amo esclavista patriarcal de controlar su propiedad al controlar su linaje a través de la institución de la monogamia (sólo para las mujeres), y al justificar los tabús y las leyes con el argumento de que la pureza de la raza caucásica tenía que preservarse (tanto como su supremacía). Sin embargo sabemos que sus leyes y tabús racistas tanto como raciales no se aplicaban a él con respecto a su relación con la esclava negra, así como sus leyes clasistas y tabús con respecto a la relación entre la clase predominante y los sirvientes obligados por contrato, no se aplicaban a él cuando decidía violar sexualmente a su sirvienta. Los descendientes de cualquiera de las uniones entre el amo y la sirvienta no podían legalmente heredar la propiedad ni el apellido de su progenitor o de la clase predominante, solamente heredaban lo servil de sus madres. Debido a la presencia, trabajo y tenacidad de las lesbianas-feministas (tanto como el análisis de intereses múltiples y el activismo), muchas lesbianas-feministas blancas han empezado a cuestionar y cambiar sus actitudes racistas y a extender su perspectiva del feminismo. Por cierto la lucha de las lesbianas-feministas no-blancas para obtener visibilidad ha catalizado a otras lesbianas-feministas a identificar formas relacionadas con el racismo, como prejuicios culturales y el antisemitismo en el movimiento de las mujeres. Todas juntas hemos trabajado para borrar el estereotipo del movimiento feminista como exclusivamente blanco, de clase medica, heterosexual y dominado por mujeres entre 25 y 35 años, porque hemos reclamado nuestro territorio en él. En su ensayo comprensivo y fundamental, "Hard Ground: Jewish Identity, Racism and Anti-Semitism" ("Tierra dura: La identidad judía, el racismo y el antisemitismo"), Elly Bulkin reflexiona sobre su decisión de efectuar cambios en sus creencias antiracistas, las que llegaron a ser una lección y un modelo para su activismo sobre antisemitismo.
Los temas más importantes para mí en este período de mi vida son las relaciones con las mujeres y mi trabajo. Y en esta época del atrincheramiento de la derecha radical, me preocupo de las amenazas a estos derechos. (La Corte Suprema de EEUU decidió que la Constitución no da protección a las relaciones homosexuales entre adultos conformes, aún en la privacía de sus hogares. La decisión mantiene que la Ley del estado de Georgia que prohibe a todos a entrar en actos sexuales orales y anales se puede usar para procesar tal conducta. La corte se negó a decidir si la Constitución incluye a parejas heterosexuales a que sean procesados bajo la misma ley o no.) Uso la palabra "derechos" conscientemente y aun considero la facilidad relativa con que yo puedo ser una lesbiana en los Estados Unidos como una libertad tenue. También estoy consciente de las que no tienen las mismas alternativas que yo tengo o que tienen que vivir esas alternativas en el "ropero". Es una de mis esperanzas como lesbiana-feminista que más mujeres ahora y en el futuro, debido a nuestra visibilidad, trabajo y energía, pongan más valor a sus relaciones con mujeres y elijan abiertamente al lesbianismo, como una política, como un modo de vida, como una filosofía y como un plan vital.

61 BULKIN, Elly "Contigo en la lucha" ED. Firebrand Books 1984 New York EEUU
61 CLARKE, Cheryl "El Lesbianismo: Un acto de resistencia" 1994 "Esta puente, mi espalda" San Francisco EEUU
61 GRAHAN, Judy "La obra de la mujer común" Diana Press 1978 Oakland EEUU
61 LORDE, Audre "El sexismo: una enfermedad con máscara negra" Crossing Press 1984 New York EEUU
61 MARABLE, Manning "La dialéctica cultural de la violencia" ED. South End Press 1980 Boston EEUU

....02.LA CUESTION HOMOSEXUAL: (Propedéutica a la Obra de C.A.Tripp)
El Doctor C. A. Tripp, colaboró durante nueve años con el doctor Alfred Kinsey y el Institute For Sex Research. Psicólogo, psico¬terapeuta. Publicado EDAF, Edi¬ciones de Madrid.
Introducción:
Desde el momento en que un sujeto se ve estimulado sexual¬mente por otro in¬dividuo del mismo sexo, es que al menos parte de los atributos de ese sexo han sido erotizados y que la experien¬cia es plenamente homosexual, independiente¬mente de que realice o no cualquier tipo de acción abierta, o que co¬mience a actuar en dicho sentido, que en ello exista mucho o poco afecto, o que se im¬pliquen problemas de carácter económico.
01.Concepciones populares e históricas acerca de la sexualidad:
Las filosofías religiosas que infravaloran las costumbres sexuales de nuestra sociedad han sido estructuradas y elaboradas por varones que creían que una vida pasada en el celibato, la abstinencia y el ascetismo era moralmente superior a otra en la que se manifestara cualquier tipo de expresión sexual. La excita¬ción sexual no reproductiva y fuera del matrimonio estaba siempre aso¬ciada con el pecado, incluso durante el sueño o en la imagina¬ción, llegando hasta la noción que el que miraba con complacencia ya cometía adulterio con la mente. La invención de la tradición judeocristiana postexilio fue establecer la norma que la sexualidad era solamente para la re¬producción, y calificar de per¬versiones al resto de los usos sexuales. Así, el finalismo se convirtió en el motivo fundamental de la limitación de la actividad sexual y el fortalecimiento del ascetismo. También en el campo de la ciencia esta intencionalidad ha sido muy perju¬dicial. Ya Aristóteles utilizaba una filosofía fi¬nalista en su descripción de las funciones y estructuras. Incluso a través de la adaptación darwiniana, y en la primera parte del siglo veinte, los biólogos continuaron buscándole una intenciona¬lidad a los fenómenos naturales. Muchos clínicos, y el público en general, continúan conside¬rando la mayor parte de las variaciones de la conducta sexual, como lo hicieron los antiguos sacerdotes y rabinos. Las interpre¬taciones de la homosexualidad de elevado ca¬rácter derogatorio, deben su consistencia al mutuo refuerzo que se prestan la moral, la ley y los puntos de vista psiquiátricos.
02.Consideraciones Biológicas:
Un gran número de profesionales, a lo largo de los años, se han dedicado a la realización de experiencias me¬diante la admi¬nistración de testosterona, tanto a sujetos afemi¬nados como a ho¬mosexuales. Los resultados han sido categó¬ricos: cuando se pro¬duce alguna alteración en el comportamiento, los su¬jetos se mues¬tran idénticos a como eran antes, con su mismo pa¬trón, pero más intenso. Partiendo de estos experimentos, formales o informales, resulta perfectamente claro que las hormonas sexua¬les, juegan un papel importante en la potenciación de la sexuali¬dad humana, pero no controlan la dirección de la misma. La selección de una persona como pareja, cuyos más insigni¬ficantes deta¬lles pueden estar tan investidos de significado, que son capaces de proporcio¬nar una respuesta sexual de la totalidad de la persona hasta un grado febril, representa mucho más que la culminación del desarrollo individual. Puede tam¬bién considerarse como la culminación de una etapa de la evolución.
03.Inversión y homosexualidad:
Sólo dentro del contexto de la ideología popular se conside¬ran sinónimos los términos de inversión y homosexualidad. Desde hace varias décadas, tanto los psicólogos como los biólogos han recono¬cido que se trata de fenómenos completamente diferen¬tes, aunque existe la posi¬bilidad y el hecho que se den juntos. La homosexualidad se refiere a cualquier actividad sexual entre sujetos que pertenecen al mismo sexo; la inversión por otra parte, nada implica en relación al sexo de la pareja, refirién¬dose únicamente a una reinversión del rol del género que podría esperarse del individuo. Existen también muchos varones afeminados y mujeres masculi¬nas, que son originariamente, cuando no de forma plena, hetero¬sexuales. Además, hay muchos varones y mujeres completamente ho¬mosexuales que nunca invierten el papel de género, tanto en sus relaciones sexuales como sociales. De forma que resulta eventualmente necesario reconocer la inversión como una entidad establecida por derecho propio, como una conducta que se encuentra en todas las especies de ma¬míferos y que puede ob¬servarse con tanta frecuencia coincidiendo con relaciones tanto homosexuales como heterosexuales. Muchos varones se sentirían inferiores si se arriesga¬ran, ante sus ojos o los de los demás, a invertir su papel domi¬nante, aunque solo fuera por un mo¬mento. Las mujeres con frecuen¬cia tie¬nen sentimientos equivalentes, por lo que respecta al man¬tenimiento de su femineidad. La creencia subyacente parece con¬sistir en que la identidad sexual de una persona es menos estable y menos ge¬nuina si oscila, y en que la virilidad de un hombre, en especial, se pone en duda si abandona su papel dominante en un momento de inversión. Tales ideas se encuentran ampliamente en contradicción con las pruebas que hoy se poseen.
04.Los orígenes de la heterosexualidad:
Las sociedades que deciden suprimir de forma activa la homo¬sexualidad, suelen hacerlo mediante dogmas basados en la morali¬dad que, al mismo tiempo, dificultan las actividades heterosexua¬les en un grado mucho mayor.
En nuestra sociedad, existe una correlación muy desigual en¬tre lo que la gente hace en sus experiencias sexuales y lo que acabará prefiriendo. Tampoco las experiencias traumáticas o los fracasos de los primeros años parecen causar muchas desviaciones de los modelos hétero y homosexuales. Muchos de los que fueron homosexuales desde una edad temprana recuerdan haber tenido esa motiva¬ción con mucha antelación a la posibilidad de realizarla. Otros han acumulado una experiencia heterosexual considerable an¬tes de descubrir su capacidad de respuesta homosexual.
05.Los orígenes de la homosexualidad:
Con los años, las nociones psiquiátricas y psicoanalíticas se han visto suavizadas por la inyección que han recibido de motivaciones humanísticas de apariencia más razonable. Se ha puesto especial énfasis en los diversos tipos de sentimientos de inadecuación; aunque con estos tipos de revisiones las ideas básicas han persistido y se han filtrado más que nunca en el pensamiento popu¬lar, donde continúan satisfaciendo la curiosidad de los ingenuos. Se sigue cre¬yendo, por ejemplo, que la homosexualidad deriva de "problemas de iden¬tidad", de un miedo al sexo opuesto, de diversas "fijaciones in¬fantiles", y lo más pal¬pable de todo, de las influencias de los padres. En ocasiones se culpa a un pa¬dre débil, pero es mucho más frecuente que el malo de la película sea una madre dominante, molestosa o excesivamente restrictiva. Aún cuando hubieran sido for¬muladas cuidadosamente, ninguna de estas teorías se sos¬tendría actualmente. To¬das estaban condenadas desde el principio por suposiciones subyacentes, como al considerar la homosexualidad como resultado de una heterosexualidad bloque¬ada o dañada, una especie de elección por carencia.
La madre dominante ha tenido tal prominencia que merece una acotación es¬pecial. Por diversas y válidas razones, los sexólogos no hemos aceptado la no¬ción, pero ésta ha funcionado muy bien en el diván y en la sociología popular. Quizás esto último se haya visto ayudado por la tendencia muy en boga a atri¬buir cualquier aprieto del individuo, en lugar de factores internos, a algún opresor autoritario del exterior. La madre dominante vino como anillo al dedo. Con o sin un padre débil a su lado, fue acusada de ser el primer causante de la homosexualidad masculina. Poste¬riormente también se vio implicada en los oríge¬nes de la esquizo¬frenia. Después se la consideró como gran culpable del alcoho¬lismo y posteriormente del hábito a las drogas. Más tarde se des¬cubrió que sus modos estentóreos interferían en el apetito de sus hijos, por lo que eran cul¬pables de la falta de peso, y también que tendían a forzar la alimentación de sus hijos, por lo que eran responsables del exceso de peso. De hecho, no ha es¬tado au¬sente ni ha sido considerada inocente en ningún estudio de una sola con¬ducta considerada negativa. Ciertamente, la intimidad ma¬dre-hijo, que a veces se da en la homosexualidad, se interpreta mucho mejor como el producto que como la causa de la disposición que la apoya. Ningún elemento aislado de la homosexualidad, ni ninguna in¬fluencia origi¬nal, son por sí mismos definitivos. La existencia final de cualquier orienta¬ción sexual, depende del grado en que sus diversas partes se han reforzado unas a otras en la produc¬ción de una estructura, un sistema de valores y un modelo de res¬puestas. La direccionalidad de todo el sistema y una gran parte de su fuerza, dependen de la efectividad con que aquél purifica sus objetivos y evita las otras alternativas.
Para el hombre o la mujer homosexual, las actitudes y movi¬mientos masculi¬nos o femeninos, algunos rasgos corporales parti¬culares, e incluso cosas como un timbre particular de voz, co¬mienzan a integrarse con frecuencia en su imagen de lo que es erótico. En éste sentido, son muchos los elementos relacionados con el sexo, tanto por el número de atributos como por el signi¬ficado que se les concede. Pero junto con este refinamiento, tam¬bién suele ampliarse la aver¬sión por los elementos no elegidos, de forma que cada vez son menos los compa¬ñeros que pueden califi¬carse de deseables. En consecuencia, las adversiones en la sexua¬lidad llegan a incluir no sólo los rasgos "contradictorios" del sexo opuesto, sino muchos rasgos que se consideran indeseables en el propio sexo, lo excesivamente grueso o delgado, lo dema¬siado viejo o joven, lo demasiado agresivo o tímido , de forma que muchas mujeres y muchos varones quedan fuera de juego.
El esfuerzo persistente por atribuir la homosexualidad exclusiva a diver¬sos miedos y fijacio¬nes está tan lejos de la verdad como decir que los hetero¬sexuales exclusivos lo son así porque tienen miedo a las personas de su propio sexo. El homosexual, como todos los demás, consigue generalmente desarrollar sus propios valores hasta el punto en que se encuen¬tra razonablemente satisfecho con ellos; lo que desea importar son las cualidades diferentes que han hecho atractivo al otro. La idea que el homosexual está buscando algún reflejo "nar¬cisista" de sí mismo es tan mítica como el mismo Narciso. La homosexualidad, en todas sus variaciones, significa siempre que los atribu¬tos del mismo sexo se han erotizado, han tomado un significado erótico. En todo lo esencial, las recompensas busca¬das en la complementación del homosexual y en la del heterosexual son idénticas: la posesión simbólica de los atributos de un com¬pañero, que al ser añadidas, a las propias cumplen la ilusión de completud.
06.Técnicas sexuales:
Con frecuencia, la actitud de una persona hacia una activi¬dad sexual par¬ticular y su libertad para utilizarla dependen del contexto. Muchas personas se sienten libres para utilizar técni¬cas en sus contactos homosexuales que no se atreverían a poner en práctica con miembros del sexo opuesto, y viceversa. Por ejemplo: un hombre puede reprimir cualquier muestra de afecto en sus con¬tactos homosexuales, porque el afecto entre los varones le re¬sulta embarazoso o porque se vería a sí mismo más implicado en la homosexualidad de lo que podría admi¬tir. Pero hay que tener también en cuenta que los tabús y las restricciones personalmente mantenidas no siempre inhiben el sexo, sino que de hecho pueden intensificarlo en gran manera. El mismo tabú que consigue limitar la actividad de muchas personas, actúa como una incitación especial para muchas otras. Es impor¬tante recordar que la transgresión de las barreras es en sí misma un ele¬mento en la promoción de la estimulación sexual. Si existe una condición que acompañe al sexo en todas sus formas, es la de que siempre está presente una cierta resisten¬cia. En toda la biología, el interés sexual es estimulado por la tensión y las barreras que ha de superar, barreras que pueden to¬mar la forma de la desgana del compañero, el dolor que ambos han de sostener, de una interferencia exterior, la fácil accesibili¬dad, o de una combinación de todas ellas.
07.Aspectos sociales de la homosexualidad:
El conflicto que muchos sienten ante la homosexualidad de¬riva tanto del juicio sobre uno mismo como de la desaprobación social. Relativamente, son po¬cos los individuos, incluso hetero¬sexuales, capaces de hacer lo que desean sin una racionalización protectora. Y ciertamente, también hay individuos capaces de aceptar las variaciones sexuales sin tener que excusarlas.
1) La defensa del rol de género: muchos varones se sienten libres para respon¬der a otros varones sólo si pueden mantener un rol "masculino" ante sí mismo.
2) La defensa de la inocencia personal: En ocasiones algunos varones o mujeres se convierten en expertos en el arte de seducir a los otros para que se adelan¬ten; o más accidentalmente, pueden tener el tipo de personalidad que comunica una fácil accesibili¬dad. Otra racionalización instalada en el mito, sostiene que la culpa es del que inicia las cosas, teniendo una larga tradición social. Los antiguos teólogos sostenían que las mujeres eran más responsables que los varones respecto a los pecados sexuales, porque ellas eran las tentadoras; las iniciadoras y premeditadas capaces de excitar a los varones inocentes.
3) La defensa del "sólo ahora": Para muchas personas la natura¬leza transitoria de casi cualquier actividad, o simplemente pen¬sar en ella como temporal, es mo¬tivo suficiente para no sentirse culpable por ella. En materias sexuales, donde las normas de aprobación o desaprobación son muy rígidas, a muchas personas les es necesario atribuir su conducta criticable a influencias exter¬nas; si no al compañero o a la situación en que se encontraron, al escaso lapso de tiempo.
4)La defensa de la amistad especial: Muchos jóvenes que tienen una intensa pri¬mera experiencia homosexual quizá piensen que ello no indica nada. Conciben la homosexualidad, si es que llegan a pen¬sar en ella, como algo profundamente ajeno realizado por per¬sonas extrañas o afeminadas, como algo que no puede pro¬vocar la emoción que ellos sienten. Como la defensa de la amistad especial está relacionada únicamente con po¬derosas preocupaciones morales, no es extraño que ocasionalmente se presente un modo opuesto: los contactos homo¬sexuales o extramaritales son totalmente permi¬sibles siempre que sean promiscuos, oportunistas o carezcan por otras causas de emo¬ción, porque entonces "no significan nada". Algunos niegan la homosexualidad como una preferencia, afirmán¬dola en un sen¬tido oportunista o relegándola a los estrechos con¬fines de una situa¬ción parti¬cular. Todas llevan al menos la afir¬mación implícita que la heterosexualidad de la persona es prima¬ria. (nuevamente se vuelve a confundir deseo con reproduc¬ción). Muchos creen que la mayoría (heterosexual.??) implicaría el derecho de establecer normas y conductas para todos los demás (heterosexismo). Las estadísticas Master y Jhonson han dado claras muestras de revertir esta tendencia por cuanto afirman que la mayoría sería bi-sexual, se exprese o no en conductas manifiestas. Pero el común de las gentes acusan su propia sexualidad como la única válida y verdadera, pero como un dogma, todas suelen ser au¬toengañosas en cuanto a que son socialmente defensi¬vas. En cada uno de estos sistemas de negación la persona encuentra el modo de comprometerse en la homosexualidad mientras sigue definiéndose a sí mismo como un miembro regular de la so¬ciedad que no está apar¬tado de ella por nada esen¬cial.
Lo que no resultan raras son las breves ocasiones en que el homosexual, especialmente cuando todavía es joven, ha de enfren¬tarse a preguntas directas o insinuaciones verbales que ponen a prueba o calumnian su vida privada. Tales desafíos varían desde un juego curioso a una situación explícitamente hostil. La forma en que son manejados esos momentos afecta en gran manera la vi¬sión que una persona tiene de sí misma y su imagen ante los otros. El precio del fracaso puede ser muy alto, y muchos homo¬sexuales fracasan. Una persona que maneje mal los desafíos per¬sonales y por tanto se sienta muy incómoda con ellos, es posi¬ble que se apoye en uno de los estilos de vida más aislados y "segu¬ros". Su in¬comodidad suele ser inversamente proporcional a su ca¬pacidad para enfrentarse a los desafíos.
08.Encuentros breves y relaciones continuas:
Las relación múltiple tiene muchas facetas y no es una entidad límpidamente de¬finida. La antiguamente llamada promiscuidad es mantenida a menudo por barreras convencionales: las inhibiciones morales de una persona o la mera comprensión del contexto social de su vida limitan las oportunidades. No son pocos los que estarían abiertos a una gran variedad de contactos si se dieran cuenta de las oportunidades exis¬tentes. No hay prueba alguna que la relación múltiple en una persona homosexual sea ma¬yor de lo que es el equivalente heterosexual. La búsqueda del compañero adecuado y de una rela¬ción significativa es con fre¬cuencia una importantísima motivación de la relación múltiple. Una de las razones por las que muchas relaciones homosexua¬les no sobrevi¬ven a la primera pelea seria, es que uno o ambos encuentran mucho más fácil el cambio que la solución del con¬flicto.
A veces la relación múltiple incluye sorprendentes elementos afectivos. Incluso los contactos pasajeros que se encuentran en los baños o en otras situaciones impersonales contienen elementos emocionales que están más allá del "sexo puro", particularmente en las situaciones en que el compañero es utilizado como una especie de sustituto fan¬tástico del compañero ideal. Pero en circunstancias menos espe¬ciales, el afecto se desarrolla también como un subproducto de la ac¬tividad sexual. Este afecto no siempre es bien recibido, pues muchos sienten a posteriori la necesidad de negar el afecto que sintieron durante un breve en¬cuentro.
Más de la mitad de las relaciones continuadas examinadas en el curso del presente estudio, se iniciaron con contactos que en un principio no fueron sino breves encuentros. Los atractivos de un encuentro breve incluyen generalmente un elemento de fantasía y proyección. Algo del compañero/a, su porte, su expre¬sión facial, puede sobresalir a causa de las cualidades que una persona quizás haya deseado o gozado en el pasado, precisamente porque las pro¬yecciones de la fantasía se extraen de la reserva de experiencias pasadas. En otros casos, un contacto especialmente rápido e im¬personal puede estar totalmente polarizado alrededor de un tema sexual, y con todo, su estrechez puede estar dirigida a igualar un desequilibrio existente en la vida de una persona, y quizás utilice ese contacto para volver a experimentar algo del interés y desafío que han co¬menzado a escasear en una relación continuada que sigue manteniendo y desea mantener. El deseo de una persona de preservar una fidelidad emocional a un compañero permanente es a menudo su mayor motivo para que otro compañero perma¬nezca en el anonimato.
Se comprenderá que ningún sistema general de clasificación podrá mante¬nerse. El contacto más pasajero e imper¬sonal puede ser profundamente superfi¬cial o constituir un aspecto ricamente motivado de la vida de una persona, na¬die sino él o ella puede determinar su valor y su significado.
09.Psicología del afeminamiento:
Se considera afeminado cualquier estilo de conducta mascu¬lina que recuerde los gestos, movimientos o maneras generalmente asociados con las mujeres. Aun¬que es más frecuente entre los ho¬mosexuales que entre los heterosexuales, el afeminamiento no pre¬cisaría tanta atención si no fuera porque para mucha gente es algo que se aplica a todo el grupo de homosexuales. Cuanto mayor sea el tabú sobre la homosexualidad, mayor es la ilusión de la universalidad heterosexual. El varón afeminado no tiene a veces conciencia de lo que hay de afeminado en su pro¬pia conducta. Incluso cuando sabe que es afeminado, es general¬mente por la información que ha recibido más que por una observación de sí mismo.
10.Aspectos políticos de la homosexualidad:
De especial significación son las formas en que las emocio¬nes despertadas por la homosexualidad patrocinan maniobras polí¬ticas, maniobras que con mucha frecuencia burlan las obligaciones de la ley, de la ciencia y de los medios académicos. En un deseo de ganar y mantener el apoyo público, incluso políticos que no acostumbran a recurrir al sensacionalismo caen a veces en la ten¬tación y se suben al vagón de la reforma moral. Los po¬líticos me¬nos respetables se unen a toda prisa a la preocupación por la sempiternas cuestiones sexuales. Un in¬tendente, un jefe de poli¬cía o un fiscal pueden buscar las recompensas políti¬cas que da la publicidad, una imagen dinámica o el favor especial de sus repre¬sentados, castigando severamente el "vicio".
La persona homosexual es un blanco tentador, especialmente en los primeros estadios de la campaña de "limpieza", antes que los riesgos que conlleva el perse¬guirla se hayan hecho evidentes. De hecho, las campañas de represión de la ho¬mosexualidad están lle¬nas de peligros políticos. En las redadas de determinados clubes nocturnos, por ejemplo, pueden ser detenidos los amigos o parien¬tes de gente con poder, incluso ellos mismos. Hasta la recogida de información prepa¬ratoria es posible que acarree problemas. Re¬sulta bastante sencillo mantener bajo vigilancia a alguno sin im¬portancia, pero éste puede llevar a la policía directamente hasta el hijo del juez o hasta el juez mismo. Los oficiales atrapados en la embarazosa posición de haber movilizado al personal sin un adversario posible, tratan, con frecuencia, de buscar, por di¬versos métodos, los delitos que ne¬cesitan. Ello supone, generalmente, el uso de señuelos policiales cuidadosamente escogidos que inciten a delitos susceptibles de arresto, pero tales medidas permiten que las víctimas elegidas comprometan los procesos legales. Usualmente, de ello resulta una serie de arrestos que no podrán mantenerse en un tribunal. Homosexuales que han llegado a ser conscientes de las estrechas relaciones que hay entre periodistas, poli¬cías, aboga¬dos y jueces, a veces con la ayuda de psiquiatras y clérigos, han sentido a menudo que hay una especie de conspiración contra ellos. Una estrecha cooperación no implica necesariamente confa¬bulación. Las acciones autoritarias de varios tipos se unifican por una serie de suposiciones morales compartidas; sistema que es más cierto cuando están en el candelero asuntos de poder e in¬fluencia.
La psicología antihomosexual del homosexual de las altas es¬feras, puede ser muy compleja. Es frecuente que se construya una complicada moralidad, según la cual justifique sus preferencias mediante una cierta "honesti¬dad". El sacer¬dote que ha mantenido desde hace mucho tiempo una única y continuada relación homo¬sexual, puede unirse a un comité para perseguir las formas pro¬miscuas de la homosexualidad; o un político que sólo se sienta atraído por varones adultos, puede perseguir con energía a los homosexuales que "contribuyan a la delincuen¬cia de los menores".
Una rama de la censura, sigue siendo impuesta sin que el pú¬blico se de cuenta de ello. El observador casual tiene la impre¬sión que puede encontrar im¬preso cualquier tema, y que puede es¬cuchar discusiones abiertas sobre temas he¬terosexuales y homo¬sexuales en documentales y programas. Sin embargo, se sigue ejer¬ciendo un control sobre el flujo de información sexual, tan re¬presivo como lo fue en su tiempo la gazmoñería declarada. Dicho control tiende a "proteger" y a justificar las costumbres de tipo medio, no mediante la negación de las va¬riaciones ni condenándo¬las, sino situándolas aparte, de tal manera que se man¬tenga a una distancia protectora y confortable. Los editores creen determinar lo que será o no digerible por sus lectores, y lo que es político publicar. Pero entonces no es sorprendente que el cuadro total de los medios de comunicación continúen reflejando lo que los investiga¬dores del sexo vemos como una pálida y convencional versión de las realidades sexuales. De hecho, el cuadro es mucho peor, pues a pesar de la amplia difu¬sión de información popularizada sobre el sexo, la disparidad en¬tre lo que saben los profesionales y lo que conoce el público, nunca ha sido tan grande como en el momento actual.
De las numerosas traducciones de Platón al inglés, todas han sido censura¬das de gran parte de su contenido sexual. Como los griegos entretejían las re¬laciones personales y las sexuales en la trama del gobierno, tales expurgacio¬nes han alterado conside¬rablemente las ideas políticas y filosóficas de Platón. Sus obras poéticas y éticas todavía han sido más distorsionadas. En la presti¬giosa traducción de Jowett, por ejemplo, tanto el Simposium como Lysis han sido mutilados hasta un punto en que es imposible reconocerlos.

En donde Platón decía: La traducción de Jowett dice:

Hay deshonor en gratificar a un hombre indigno o en
hacerlo viciosamente; pero hay honor en gratificar
sexualmente a un hombre bueno de manera honorable.
Hay deshonor en ceder al mal o de manera mala; pero hay honor en ceder al bien, o de manera honorable.
El que concede favores sexuales a su amante varón con la esperanza
que será mejorado con la amistad, demuestra ser virtuoso, incluso
aunque su amante demuestre que es un villano y que carece de virtud.
El que vive buscando la virtud, y en la esperanza que será mejorado por la compañía de su amante, demuestra ser virtuoso, incluso aunque el objeto de su afecto demuestre ser un villano y no tener virtud.
Como dice Pausanias, es honorable que un hombre conceda favores sexuales
a los varones, y vergonzoso para él que los conceda a desenfrenados.
Como dice Pausanias, los buenos han de ser aceptados y los malos no han de ser aceptados.
Mediante el amor nocturno a los muchachos, un hombre,
al emocionarse, comienza a ver la verdadera naturaleza de la belleza.
El que se eleva por la influencia del verdadero amor, comienza a comprender que la belleza no está lejos.
Pienso ahora que él ansiaba vivamente mi lozanía juvenil, y creo que fue algo
llovido del cielo y una maravillosa buena suerte la que llegó hasta mí al gratificar
sexualmente a Sócrates para poder escuchar todo lo que decía.
Ahora pienso que él estaba muy enamorado de mi belleza y que ello era una gran oportunidad de escucharle lo que él sabía.

11.La cuestión de la Psicoterapia:
En muchas psicoterapias predominan los puntos de vista convenciona¬les y no hay éxito alguno. De hecho, la homosexualidad y la psi¬coterapia han demostrado llevarse muy mal. Es grande el número de personas que han llegado al terapeuta con problemas ho¬mosexuales y han tenido motivos para lamentarlo. El precio que han tenido que pagar por no haberse ido inmediatamente, ha sido, el despil¬farro de tiempo y dinero que son poco en comparación con el au¬mento de los sentimien¬tos de culpa y el fortalecimiento de las resistencias. Otro riesgo, es que la mayor parte de los pa¬cientes se han familiarizado demasiado con las ideas convenciona¬les y traducen sus propias interpretaciones a esos términos. El pa¬ciente presenta la historia de tener una madre dominante, un pa¬dre débil o poco afectuoso, una serie de tempranas insegurida¬des, etc. No es infrecuente que los pacientes produzcan tales versio¬nes de sus vidas con cierta precisión microscó¬pica, prefi¬jándolas con exactitud en teorías edípicas y de fijación. Poco sor¬prende, en consecuencia, que el terapeuta invitado a tal ban¬quete inces¬tuoso, llegue pronto, a la poco segura consolación de que Freud tenía razón en todo. Cae inconscientemente en esta trampa y en muchas otras que marcan su camino. Alineación que le ha costado la posibilidad de estar al tanto de muchos descubri¬mientos, entre ellos: que las madres dominantes y los padres dé¬biles no se co¬rrelacionan más que entre sí mismos; que en los cruces cultura¬les, y casi con toda seguridad también en nuestra sociedad, la intimidad de un niño varón con su madre, tiene una correlación más alta con resultados heterosexuales que homosexua¬les; que todas las preferencias son fijaciones y que ninguna se esta¬blece sin adversiones aprendidas; que las di¬ficultades del adolescente varón con las mujeres está entre los más altos signos de previsión de su posterior atracción por ellas; que el eje de la homosexualidad tiende a ser proporcional con la fuerza de la libido y no con su debilidad; y así una larga lista que pone en entredicho, sin excepción, toda teoría psiquiá¬trica y psicoanalí¬tica formal. El Kinsey Research, hizo durante va¬rios años un es¬fuerzo concertado para descubrir y evaluar las historias de personas cuyas vi¬das sexuales hubieran cambiado con cualquier tipo de terapia. No se encontró ninguna. Ha habido li¬teralmente docenas de informes de segunda mano sobre "curacio¬nes", de la homosexualidad. Como las huellas del monstruo del lago Ness, aparecen con frecuencia, pero sin la presencia de la bestia. En estos momentos se está intentando revisar los esfuerzos psicoterapéuti¬cos. Los terapeutas tratan de conducir las pertur¬baciones emocionales de los pacientes evitando todo intento de dirigir sus proclividades sexuales. Aunque estos psicoterapeutas están en minoría, constituyen un notable grupo de profe¬sionales, mostrando una honestidad intelectual, un talento y una humanidad ex¬cepcionales. Pero por razones que no son instantáneamente evi¬dentes, incluso el esbozar sus trabajos, constituiría una formi¬dable tarea.

12.Equilibrando la ecuación:
Beneficiario de su estabilidad y crecimiento, es quien puede aceptar las enormes diferencias de los otros, no sólo tolerándo¬las, sino encontrando deno¬minadores comunes consigo mismo: al¬canza, indudablemente, una ética superior y, en tal proceso, es¬capa a la tiranía de ir en la manada por propia conformidad. La moral otorga lealtad a las normas sociales y hábitos de pensamiento. Estos son esencialmente locales y varían de un lado a otro, convirtiéndose en un centro de contradicciones en la ma¬yor parte de las comparaciones entre cul¬turas. La ética, en cam¬bio, suele ser leal a la bondad y el bien obrar, apenas varía de una sociedad a otra.

26 RAÍCES MONTERO, Jorge Horacio "La Cuestión Homosexual"(Rec.obra de C.A.Trip Dr.ph) RECOPILACION - 1991 Bs.As. Arg.
26 TRIPP, C.A. "La Cuestión Homosexual" ED. EDAF - 1990 Bs. As. Arg.

03....LA HOMOSEXUALIDAD A LA LUZ DE LOS MITOS SOCIALES Y LA HOMOFOBIA:
Uno de los objetivos del quehacer científico a lo largo de la historia, ha sido abordar los "enigmas" que se fueron presentando, a fin de construir teorías que superen dialécticamente las anteriores, es decir, producir nuevas síntesis a partir del conocimiento existente ("las teorías científicas... surgen por un mecanismo semejante a la embriogénesis en donde la acumulación, por segmentación, produce momento definidos de reconfiguraciones bruscas, en las cuales las estructuras anteriores han quedado conservadas como contenidos incorporados en un nuevo contexto de desarrollo y transformación" Samaja Juan: "Dialéctica de la investigación científica", Helguero Editores, Bs.As.1987Pag.24). En referencia al área psicosocial en particular, la mayoría de los obstáculos con los que ha chocado, y sigue chocando la investigación científica, se conforman de afirmaciones y/o proposiciones pretendidamente científicas sustentadas por el prejuicio y la eficacia de discursos míticos. Discursos que suelen estar sostenidos por dispositivos y/o estructuras de poder dogmáticas, provenientes ya sea de las distintas religiones, o de diferentes posturas ideológicas totalitarias y oscurantistas. En lo que a la cuestión de la diversidad sexual se refiere, se ha arribado a muy diversas conclusiones de acuerdo a los distintos recorridos y posturas filosóficas. Desde la más acérrima condena moral (llegando en muchos casos a castigarse con la muerte), un rotundo e irracional rechazo, la psicopatologización; hasta el reconocimiento y aceptación de que hay tantas formas de sexualidad como sujetos. Antes de abordar la temática que proponemos en el título, consideramos relevante hacer un esbozo del contexto histórico en que se produce este trabajo. Puede observarse un significativo progreso en el reconocimiento de los derechos civiles y la sanción de leyes destinadas a proteger de la discriminación a las minorías sexuales históricamente marginadas (fenómeno por ahora limitado casi exclusivamente a las sociedades europeas y norteamericana), así como un resurgimiento de tendencias acalladas durante décadas (rebrote xenófobo, neo-nazismo, guerras separatistas étnico-religiosos, etc.). En la Argentina, en particular, a más de un año del atentado a la sede de Amia, aún no se han encontrado a los responsables materiales ni ideológicos. En una protesta realizada en la ciudad de Córdoba, aparecieron policías usando cascos con el símbolo nazi (Diarios Página/12 y Clarín 12/8/95); en la misma semana apareció en un medio de comunicación un ex-dictador condenado por asesinato, robos y otros delitos e indultado por el presidente de la Nación, leyendo una Proclama durante veinte minutos. Durante esa misma madrugada la policía realizó una razzia en un bar gay, la cual fue totalmente televisada, violando la privacidad y los derechos de las personas que se encontraban allí. El objetivo de este trabajo es echar luz sobre algunos dispositivos, en gran parte sutiles, que sostienen el rechazo, la condena y/o la patologización de la homosexualidad.
01.Homosexualidad y Psicoanálisis.
La categoría de "homosexual" apareció a mediados del siglo XIX. El término "homosexual" fue acuñado en 1869 por el médico húngaro Karl Benkert en una carta dirigida al Ministro de Justicia de Hannover, defendiendo los derechos de esta minoría (Schifter, J.); Foucault establece el nacimiento de la categoría homosexual en 1870 con la definición que hace Westphal de las "sensaciones sexuales contrarias". Antes de estas definiciones, la "sodomía" (como se llamaba) era una conducta capaz de ser practicada por cualquiera y no una categoría de persona. Muchas teorías se inventaron para dar cuenta de la homosexualidad; la pregunta orientadora era: ¿porqué alguien llega a ser homosexual?, siempre partiendo del supuesto que esta conducta era patológica o al menos no era "normal". En la Argentina contemporánea podemos encontrar muchos ejemplos: podremos consultar parte de la bibliografía con la que nos formamos los psicólogos y comprobaremos, que desde la misma, se cataloga a la homosexualidad como "perversión" y/o patología. Se afirma que lo "normal" es que el hallazgo de objeto esté caracterizado por una "búsqueda del goce sexual orgásmico, al servicio de la reproducción" (Quiroga-Vega-Slavsky). Y se insiste en la necesidad de hallazgo de objeto "heterosexual" como "condición" para entrar dentro de los parámetros de "normalidad". (También se repite en otros libros, "La Adolescencia Normal" de Aberastury y Knobel, un clásico en temática de adolescencia en nuestro país. Estos autores en la página 83 de la obra citada concuerdan que: "Es preciso destacar con Fenichel que las ocasionales experiencias homosexuales entre adolescentes no deben ser consideradas patológicas siempre y cuando tengan ese carácter temporario de adaptación y no cristalicen en conductas definitivas - subrayado del autor-. En la página 51 del mismo libro a los futuros psicólogos se nos "enseña": "En ocasiones, la única solución puede ser la de buscar lo que el mismo Erikson ha llamado también una identidad negativa, basada en identificarse con figuras negativas pero reales. Es preferible ser alguien perverso, indeseable, a no ser nada. Esto constituye una de las bases del problema de las pandillas de delincuentes, los grupos de homosexuales, los adictos, etc. La realidad suele ser mezquina en proporcionar figuras con las que se pueden hacer identificaciones positivas y entonces, en la necesidad de tener una identidad, se recurre a ese tipo de identificación anómalo pero concreto"). Esta es la posición que sustentan varias escuelas psicoanalíticas del país y es lo que muchas veces se transmite desde diferentes medios periodísticos y de comunicación. (Como ejemplo se puede consultar un artículo de Mauricio Abadi: Diario Clarín, 01.12.91 y un reportaje al vicepresidente de la Asociación Psicoanalítica Internacional, David Rosenfeld: Clarín, 20.09.92) En contraposición, la Organización Mundial de la Salud sostiene que la orientación sexual, per se, no puede ser considerada un trastorno sexual (OMS "International Statistical Classification of Diseases and Related Health Problems", Ginebra, 92, Vol.1,pag.367). Lo que estas escuelas hacen en realidad, es tomar como punto de partida lo que es "normal" para el establishment y, a partir de allí, tratan de pesquisar por qué algunas personas se apartan de dicha "norma". Se puede observar como el dispositivo de poder montado por el sistema (machista y patriarcal) fue eficaz y se hizo "texto" en las teorizaciones de dichas escuelas, las cuales no logran visualizar el mecanismo que las atrapa y en el cual están enredadas. Lo que hace que desde puntos de partida particulares, pretendan llegar a conclusiones universales.
02.El Poder y el imaginario social.
En referencia a los dispositivos de poder, resulta esclarecedor el análisis de Enrique Marí. Señala que los mismos, no sólo exigen como condición de funcionamiento y reproducción del poder el uso de la fuerza, de técnicas de coerción y sanción, a través de las cuales se produce la obediencia y el control social, sancionado las conductas no deseables ("Discurso del Orden"). También de técnicas más sutiles: prácticas extradiscursivas, mitos, creencias, rituales, tabús, que hablan de las pasiones y que en consecuencia hacen que los miembros de una sociedad sientan como propios, deseos y necesidades que son impuestos desde el Poder. Este universo de significaciones (o dicho en otras palabras el imaginario social), disfraza al poder de forma tal, que más que a la razón, interpela a las emociones, sentimientos, suministrando también la forma que tendrán los comportamientos de agresión, de temor, de seducción. Se instituye de esta manera, las formas de relación social y establece lo que las personas que conforman esa sociedad discernirán como lo bueno y lo malo, lo lindo y lo feo, lo moral y lo inmoral, lo cuestionable y lo imposible de ser siquiera pensado, anudando de este modo los deseos al poder. Tengamos en cuenta que toda persona es objeto de este bombardeo desde que nace, lo que conduce a percibir a la sociedad como dada, como natural, incluyendo los parámetros que deciden cuales conductas serán catalogadas como normales, anormales o patológicas, perdiéndose así conciencia de que el mundo fue construído por los seres humanos y por ende puede ser re-hecho por estos/as.
03.Freud y la relatividad cultural.
Es digno de hacer notar que Freud sí había podido visualizar la relatividad de una cultura determinada y podemos corroborarlo: por un lado en 1905 (Freud, Sigmund, Obras completas, Amorrortu, tomo 7, pag.127, tomo 16, pag.280) adjudica a Iwan Bloch el mérito -sic- en el cambio de sus puntos de vista patológicos por los antropológicos en la concepción sobre la inversión", en relación a esta confesión de Freud, recordemos que las prácticas homosexuales fueron un fenómeno frecuente en los pueblos antiguos, de los cuales el caso más difundido es el de los griegos. Estas prácticas se originan con la misma historia de Grecia a través de la influencia de los cretenses, hasta su decadencia. Para los griegos la relación homosexual era una actividad esencial en el desarrollo psicofísico del individuo. Ellos creían que junto con el semen se transmitían las cualidades del individuo activo al pasivo. El sentido práctico de estas relaciones residía en el compañerismo y camaradería que despertaban. Justamente, el famoso batallón sagrado de Tebas, que se distinguía por su ferocidad, estaba constituído únicamente por parejas donde cada soldado peleaba codo con codo con su compañero, al cual obviamente, defendía con sangre, sudor y lágrimas. Entre las sociedades más profundamente homosexuales que se conocen, Marvin Harris cita a las Etoro de Nueva Guinea. Estos creen que el semen es un precioso fluido donador de vida, que cada hombre posee en cantidad limitada. Para ellos, esta provisión de semen sólo puede ser adquirida como un regalo que un varón otorga a otro. Se espera que los varones maduros transfieran su semen a los jóvenes a través de la práctica de la fellatio. El hombre experimentado no sólo alimenta al joven con su semen sino que también le enseña los secretos de la religión y el combate viril. A pesar que todos los varones Etoro están casados, tienen prohibida las relaciones con sus esposas alrededor de 250 días al año. Las esposas deben cuidar de no tentar a sus maridos, para que no se las acuse de intentar robar el precioso fluido. Por otra parte, Havelock Ellis ("Estudios de psicología sexual" vol. 2: "Inversión sexual", Reus editores, Madrid 1913, pág. 7 -.), nos cuenta que en antiguo Japón hasta la revolución de 1868, la homosexualidad estaba muy difundida, sobre todo entre los sectores más belicosos de la población, por considerarla más propia de un guerrero que las relaciones con mujeres. Además había no sólo geishas mujeres, sino también varones. Es importante hacer notar la poca información antropológica que existe sobre la homosexualidad femenina. Se sabe (Harris, Marvin: "La cultura norteamericana contemporánea", cap. 6) que algunas sociedades como la de los Azande -Sudán- en que los maridos no les prestan mucha atención a sus esposas, ellas mantienen relaciones lesbianas, pero como los varones manejan los medios de represión física y psicológica, muy pocos casos de lesbianismo han podido conocerse. Se podrían seguir mencionando cientos de culturas en las cuales las prácticas homosexuales forman parte de la vida cotidiana, aunque sólo nos limitaremos a mencionar algunas de ellas: los Sikhs de la India, los Albaneses, Turcos asiáticos, Arabes ("Las mil y una noches"), Incas ("La crónica del Perú" de Cieza León), etc.. Mientras hace 90 años Freud, estaba convencido que no podía ignorar los estudios antropológicos, en la actualidad estas escuelas los desconocen. Esto hace que insistan en preguntarse ¿porqué algunas personas encuentran atractiva la actividad homosexual?, mientras que a la luz de dicha perspectiva cobra visibilidad una pregunta más pertinente, ¿porqué en algunas sociedades tantas personas le temen y/o la consideran detestable y aborrecible mientras que otras la integraron a su forma de vida cotidiana? En relación a los grupos humanos homofóbicos, cabe preguntarse acerca de la motivación de dicha hostilidad, Freud sostiene que la pulsión agresiva es inherente al sujeto humano, que existe "una predisposición al odio". Puntualiza que esta agresividad desaparece en la formación de masa, para ser reemplazada por la hostilidad a una minoría que sea diferente, en algún rasgo, a la comunidad de la masa. Llamó a este fenómeno "narcisismo de las pequeñas diferencias", y discernió que allí se produce "una satisfacción cómoda e inofensiva de la inclinación agresiva, por cuyo intermedio se facilita la cohesión de los miembros de la comunidad", siendo complementarios el amor y la solidaridad hacia los pares por un lado, por el otro, la agresión y el odio hacia los diferentes. Para un análisis más profundo del odio y/o rechazo hacia las personas homosexuales consideramos pertinente recordar algunas apreciaciones que hace Freud acerca de la vida sexual de los seres humanos: "En la vida anímica inconsciente de todos los neuróticos sin excepción se encuentran nociones de inversión, de fijación de la libido en personas del mismo sexo" (Sigmund Freud, Cit. "Tres ensayos de teoría sexual" tomo 7, pág. 151 [1905]). A raíz de que son inconciliables con la "conciencia moral", el yo reprime estas mociones de deseo homosexual, pero ante la emergencia de éstas, la proyección aparece como uno de los mecanismos de defensa posibles. Frente a estas excitaciones internas, que por su intensidad se convierten en displacenteras, el sujeto las proyecta al exterior, lo que le permite huir y protegerse de ellas, tratándolas como si no vinieran desde el interior sino desde el exterior. Entonces, como en una fobia, se establece un objeto fóbico exterior: el/la homosexual, desplazando un peligro interno hacia el exterior. Un peligro del que no se puede huir hacia uno, del cual se podría estar a salvo a través del establecimiento de medidas protectoras como puede ser el asco, el rechazo y hasta cierto temor respecto del objeto fobígeno. Por otro lado, estas corrientes, al catalogar a la perversión como patología o fuera de la normalidad quedan situadas en la postura opuesta a la que sostenía Freud. Dicha postura queda cuestionada cuando repasamos la definición que hace de este término en una de las conferencias que dio en la Universidad de Viena en 1917: "Llaman perversa a una práctica sexual cuando ha renunciado (a la meta de la reproducción) y persigue la ganancia del placer como meta autónoma" (....) "de igual modo todo lo que se ha sustraído a él (el propósito de la reproducción), lo que sólo sirve a la ganancia de placer, es tildado con el infamante nombre de perverso y es proscripto como tal" (Sigmund Freud, Cit. "Conferencias de introducción al psicoanálisis" Tomo 16, pág. 289 [1917]). De este párrafo se desprende la visión que tenía Freud de lo perverso, muy distinto obviamente al sentido peyorativo que se le quiere atribuir hoy día (y en la época de Freud también). Esto podemos entenderlo en el lego, pero en el caso de los psicoanalistas pasa a ser grave, ya que terminan igualando perversión a desviaciones de la conducta sexual ideal. ¿Pero, ideal para quién?. Ideal para un sector determinado de los seres humanos, con lo cual, advertimos que la teoría se sustenta en un particularismo. Evidentemente, lo que se confunde es una práctica sexual perversa pasible de ser practicada por un neurótico, un perverso o un psicótico y la estructura subjetiva perversa que conceptualizan Jaques Lacán. Pero sin profundizar en sus desarrollos, podemos justificar esta afirmación en dos citas de Freud en el artículo en el cual analiza la génesis de la homosexualidad de Leonardo da Vinci y, a su vez lo describe como un neurótico obsesivo. La otra de "Tres ensayos de la teoría sexual": "La psiconeurosis se asocia también muy a menudo con una inversión manifiesta", de las cuales se desprende que homosexualidad no es sinónimo de perversión. La postura sustentada en este trabajo es que todos los seres humanos somos neuróticos, perversos o psicóticos independientemente de la conducta sexual manifiesta, es decir, no se postula ningún pattern psíquico ideal normal.
Por último retomando la cuestión de la relatividad cultural, es esclarecedora la lectura de "El malestar en la cultura" donde encontramos pasajes como: "Por medio del Tabú, de la ley y de las costumbres, se establecen nuevas limitaciones que afectan tanto a los varones como a las mujeres. No todas las culturas llegan igualmente lejos en esto; la estructura económica de la sociedad influye sobre la medida de la libertad sexual restante. Ya sabemos que la cultura obedece en este punto a la compulsión de la necesidad económica; en efecto, se ve precisada a sustraer de la sexualidad un gran monto de la energía psíquica que ella misma gasta. Así la cultura se comporta respecto de la sexualidad como un pueblo o estrato de la población que ha sometido a otro para explotarlo. La angustia ante una eventual rebelión de los oprimidos impulsa a adoptar severas medidas preventivas" (Sigmund Freud, Cit. "El malestar en la Cultura" Tomo 21, pág. 102 [1929]). Luego, a la luz de las condiciones históricas que moldean la manifestación de estos mecanismos en las distintas épocas y culturas, describe la forma particular que adquieren en la cultura occidental del siglo XX: "La elección de objeto del individuo genitalmente maduro es circunscripta al sexo contrario, la mayoría de las satisfacciones extragenitales se prohiben como perversiones. El reclamo de una vida sexual uniforme para todos, que se traduce en esas prohibiciones, prescinde de las desigualdades en la constitución sexual y de tal modo se convierte en fuente de grave injusticia".(Tomamos como guía la puntualización que hace algunos de estos mecanismos Ana María Fernández: en Revista "Actualidad Psicológica", Buenos Aires, noviembre de 1992 "De lo imaginario social a lo imaginario grupal". Donde se define a los mitos sociales como cristalizaciones de sentido que dan cuenta del imaginario social efectivo, que instituyen un "real" que es vivido por los actores sociales como la realidad objetiva). Vemos como Freud no se queda en una simple descripción de lo "normal" y lo supuestamente patológico, sino que apunta a la puesta en visibilidad del mecanismo que subyace a esta clasificación en particular.
04.El imaginario social y la homofobia:
Trataremos ahora de ilustrar con ejemplos, algunos mecanismos a través de los cuales ciertos "mitos sociales" logran ser eficaces en el disciplinamiento social y, por lo tanto en la legitimación y naturalización del orden instituido (el autor toma como guía la puntualización que hace de algunos de estos mecanismos Ana María Fernández en la Revista "Actualidad Psicológica", Bs. As. Noviembre de 1992; "De lo imaginario social a lo imaginario grupal". Donde se define a los mitos sociales como cristalizaciones de sentido que dan cuenta del imaginario social efectivo, que instituyen un "real" que es vivido por los actores sociales como la realidad objetiva). En primer lugar, repiten sus narrativas en forma insistente, reiterando la misma trama argumental con pequeñas variaciones y en forma difusa y reticular:
-Recapitulando, tenemos a estas ramas psicoanalíticas que califican a esta orientación sexual como "perversa" y por ende patológica.
- Siguiendo la misma línea, el discurso religioso pregona que las prácticas sexuales no procreativas son "pecado".
- La medicina "oficial" afirma que es una desviación de la naturaleza o bien, que es "antinatural", ignorando que la sexualidad humana es en sí misma antinatural.
- Un investigador llamado Simón Levay afirma haber descubierto una diferencia en el tamaño del hipotálamo de los homosexuales. En opinión del autor, esta conclusión está apoyada en el análisis de muy pocos casos y, a la vez la muestra utilizada son personas que murieron de Sida y se ignora que efectos puede provocar este síndrome en el cerebro y, en particular en el hipotálamo. Por otra parte, esto hace recordar a las investigaciones que justificaban la inferioridad de la mujer y de los negros apelando al tamaño de sus cerebros.
- Los "Edictos Policiales" usados particularmente para detener homosexuales en bares y la vía pública; y eventualmente para chantajearlos (En el edicto "Escándalo"; Art. 2º inc. h): se pena a las "personas de uno u otro sexo que públicamente incitaran o se ofrecieran al acto carnal" - empleado para detener a los homosexuales y prostitutas en la vía pública- En el edicto "Bailes Públicos", Art. 3º inc. a), se castiga al "Director, empresario ó encargado de un baile público ó en su defecto al dueño ó encargado del local, que permitiera el baile en pareja del sexo masculino". En referencia a los procedimientos especiales, veamos el Artículo 207: De los homosexuales: "las comisarías seccionales, al tener conocimiento que en determinadas casas o locales de su jurisdicción se reúnen homosexuales con propósitos vinculados a su inmoralidad, independientemente de las medidas preventivas y de represión que puedan corresponderles, comunican el hecho a la superintendencia de investigaciones criminales para su intervención". Comprobamos entonces una repetición insistente del discurso antihomosexual u homofóbico desde diferentes focos: religioso, jurídico, médico, psiquiátrico, psicoanalítico, reforzados por el bombardeo a través del cine, el teatro, la TV y la literatura, de parejas heterosexuales que después de algunos rodeos y vicisitudes se casan, tienen muchos hijos, son felices y "comen perdices". Casi nunca se ve en estos medios una pareja homosexual, a no ser que aparezca como enfermiza, "perversa", criminal o con "bajos instintos", o bien haciendo una burda caricatura (un ejemplo que ilustra lo dicho, fue el caso de Telefé y la película "Otra historia de amor". Este film cuenta la historia de un hombre (Mario Pasik - que no se etiqueta como homosexual-) que se enamora de su jefe (Arturo Bonín - casado y con un hijo adolescente). Luego de algunas idas y venidas, el jefe se enamora de su empleado, y la parte dramática se sucede cuando se descubre la relación homosexual entre ambos personajes. El empleado es despedido de la empresa y el jefe es trasladado a otro país. La película termina cuando parte el avión en que se suponía que viajaba Arturo Bonín quien decide no abordarlo y "jugarse" por sus sentimientos. Final feliz. En cambio en la versión de "Telefé", el film termina en la escena en que Mario Pasik es despedido y Bonín termina llorando junto a su hijo y destrozándole a éste el corazón, en tanto que la esposa yace en la cama recuperándose de su intento de suicidio. Dos son las cuestiones dignas de mencionar: Por un lado la acción antiética de Telefé de invertir el "mensaje" que el autor quiso transmitir, al censurarla [aunque esto poco les importó a los directivos de dicho canal ya que de todas formas el autor del film ya había muerto], y de impedir la libre decisión del televidente de concordar o no con el autor, a través de su capacidad de simbolizar. Por otro lado, se hace notoria la intención de enviar mensajes negativos en relación a esta forma singular de vivenciar la sexualidad, que se vuelve más evidente si tenemos en cuenta que nos los cortes comerciales aparecían Marcelo Tinelli y su equipo, haciendo chistes sarcásticos y burlones sobre el "amor homosexual".
Para mostrar lo eficaz del dispositivo descripto parece ilustrativo reproducir algunos datos de una encuesta realizada por un grupo de alumnos del último año del Instituto Nacional de Educación Física del conurbano bonaerense. El objetivo de la misma era indagar acerca de la información que poseían docentes y estudiantes de Educación Física sobre el tema de la homosexualidad. La hipótesis era que la discriminación se debe a la falta de información acerca de la temática:
Instituto Nacional de Educación Física de Avellaneda, San Vicente 204, Avellaneda, Buenos Aires, Nacional, Terciario (Docencia), 61 Varones y 76 Mujeres, Encuesta semiabierta.
Tomaremos solamente el primer ítem del cuestionario que nos da una idea de la visión que tienen los encuestados sobre la orientación sexual que nos convoca (cabe aclarar que los porcentajes que se obtuvieron en el caso de alumnos y alumnas son similares, por lo cual no discriminaremos por sexo al verter los resultados).
De los veintinueve sujetos que respondieron que era una elección de vida, en cuatro de los casos manifestaron que se trata de una "elección negativa", ya que por ejemplo no les gustaría que sus hijos tengan un profesor o un amigo homosexual por las malas influencias ó porque no es un buen modelo. Por lo tanto se encuentran ubicados en los totales en el ítem "otras".
De las 191 encuestas entregadas para la muestra de campo, sólo 137 fueron llenadas. Esta es la cantidad que se consideró para el análisis del trabajo. El 28,3% restante (54 encuestas) fueron rechazadas o entregadas en blanco. 10 encuestas fueron destruidas por los encuestados. Esto nos demuestra la gran dificultad y rechazo que acarrea la temática homosexual en dicho instituto en particular, donde no sólo se manifestó en actitudes discriminatorias a nivel verbal sino que, en una minoría demuestran actitudes violentas o agresivas como gritar y alterarse emocionalmente, según lo revelaron los/as alumnos/as que distribuyeron las encuestas.
Se extraen los siguientes resultados, sobre el porcentaje total de encuestados: 137. El 73% de los alumnos que respondieron la encuesta consideran la homosexualidad como una enfermedad o desviación de la conducta sexual relacionada con traumas o complejos adquiridos en la infancia ó con problemas a nivel estructural y funcional del organismo (Hormonal y Cromosómico). Consideramos que no podemos extender estos resultado a toda la población, pero en alguna media nos llevan a la reflexión teniendo en cuenta que los encuestados ya son docentes y otros lo serán en un futuro no muy lejano. [Fernando Alacino, Claudio Tessari, Verónica García: "La educación y la homosexualidad", Trabajo de investigación para la materia Introducción a la investigación, octubre de 1993]).
Si la heterosexualidad exclusiva y excluyente es tan normal ó natural, por qué machacarla insistentemente?
Por otra parte, resulta importante destacar la "naturalización" de los roles sexuales (Don Juan-prostituta, Activo-pasiva, dominador-sumisa) y la rigidización del género que logró el patriarcado, provocando que los diversos posicionamientos del hombre y la mujer, surgidos de la estructura de este sistema, se visualicen como obvios e incuestionables. En este punto, el/la homosexual con su sola existencia se sitúa cuestionando que "debe ser" un hombre y que "debe ser" una mujer, ya que tanto gays como lesbianas demuestran que se pueden tener cualidades de uno y otro género (entiéndase por género, a lo que social y culturalmente se estipula como femenino y masculino, asociando determinadas actividades y características psíquicas como inherentes, naturalmente, al hombre y a la mujer. No hay ningún condicionamiento de tipo biológico que establezca que la mujer "debe ser" femenina y el hombre "debe ser" masculino, por lo tanto, el género, como toda construcción cultural varía en el tiempo y de acuerdo a la sociedad). Otra cuestión digna de mención, es que la mayoría de los/as homosexuales pasarían inadvertidos respecto a sus pares heterosexuales, ya que los estereotipos de hombre afeminado y mujer machona, son una de las vías por la cual la sociedad machista y patriarcal ridiculiza y se burla del/la homosexual y al mismo tiempo amenaza al que se "atreva" a sentir atracción por otra persona del mismo sexo. Reluce también que estos "mitos sociales" operan por deslizamientos de sentido ya que por ejemplo: en el caso del sexo masculino convierte en sinónimos "ser hombre" con el hecho de "ser heterosexual". Esto lleva a preguntarse: si para ser "hombre" hay que ser heterosexual; si se es homosexual, qué se es?. Algo que no extrañaría es que lleve a un conflicto de identidad. Entonces cuando se dice que un/a homosexual es una persona conflictuada "por naturaleza" se está ocultando la determinación atinente a la sociedad en los casos en que esa afirmación es cierta; más allá de poner un velo sobre lo "conflictuado" que es el ser humano por el hecho de nacer prematuro y depender de Otro para sobrevivir, lo que hará que tenga que atravesar todas las vicisitudes del Complejo de Edipo para constituirse como sujeto. A partir de las consideraciones precedentes, cobran visibilidad al menos dos cuestiones:
Las dificultades en su plena realización social y sobre todo psicológica, que causaría a las personas homosexuales la etiqueta de "enfermedad o trastorno mental". Daño del que tendrán que hacerse cargo los agentes de salud mental que pregonan estas categorizaciones. La situación planteada exige, al menos, un análisis de los profundos efectos que sus propias expectativas, prejuicios y creencias ejercen sobre su entorno, sus alumnos (si además son docentes, por otra parte, de futuros psicólogos, y, en particular sobre sus pacientes, ya que a pesar que, por ejemplo, determinado psicoanalista haga supervisar su práctica, existe la probabilidad cierta que dicho supervisor esté impregnado de las mismas creencias y prejuicios en torno a la visión de la homosexualidad. En referencia al etiquetamiento se pueden encontrar experiencias muy interesantes en Watzlawick, Paul: "La realidad inventada". Ed.Geisa, 1988, especialmente los cap. de Watzlawick: "Profecías que se autocumplen" y "Epílogo"; y de Rosenhan, David: "Acerca de estar sano en un medio enfermo". Puede encontrarse un experimento esclarecedor (pag.87) realizado por el psicólogo Roberto Rosenthal de la Universidad de Harvard en una escuela norteamericana. Antes de comenzar el ciclo lectivo se comunicó a las maestras que según un test administrado a todos los alumnos, un 20% de ellos harían rápidos progresos y tendrían un rendimiento superior al resto del alumnado, se les entregó la lista de alumnos de quienes podrían tener un desempeño extraordinario según los tests. En realidad la lista fue confeccionada al azar, de modo que dicha "superioridad" estaba solo en las cabezas de las maestras. A fin de año volvió a administrarse el test a todo el alumnado y ocurrió que los alumnos que se había "etiquetado" como "especiales" obtuvieron cocientes intelectuales superiores al resto de sus compañeros. Además el informe de las docentes señalaba que esos niños superaban a los demás también en curiosidad intelectual, conducta, etc.
El segundo punto que aflora es que los homosexuales, al formar parte de esta sociedad, también son receptores de este discurso (antihomosexual y/u homofóbico) desde que nacen, con lo que no resultaría raro que lo internalicen. Los "valores de una cultura determinada se transmiten de generación en generación a través del superyó de los sujetos que la componen. Por lo que en las sociedades homofóbicas, el propio homosexual introyecta la homofobia en su superyó. Esta instancia psíquica ejerce una reprobación contra el yo del homosexual, generando un sentimiento inconsciente de culpa y descargando la agresividad sobre el yo. La conciencia moral del sujeto asume dichos valores, ideas y creencias como propias (inconsciente y/o concientemente), creándose en consecuencia, problemas de autoaceptación (en lo singular) y generándose problemas interpersonales dentro del ámbito gay mismo (en lo colectivo). Esto, por el hecho de dirigir la agresión hacia todo lo que se asocia con las "cualidades detestadas". El imaginario social se "hace carne" en la vida cotidiana de la comunidad gay-lésbica, que por formar parte de esta sociedad, introyecta su "discurso" y lo reproduce. Por eso, no es de extrañar, que dentro del ambiente gay sea moneda corriente el desprecio hacia el afeminado, el "delicado" o el "pasivo"; o en otro orden una agresividad del varón gay hacia la lesbiana y viceversa. La agresividad hacia los pares podría explicarse como un mecanismo de defensa del yo del sujeto frente a la severidad del superyó. Las cualidades hacia los pares podría explicarse como un mecanismo de defensa del yo del sujeto frente a la severidad del superyó. Las cualidades "detestadas" o "indeseables" para el superyó (y para los ideales de dicha sociedad) se proyectan en los semejantes; el sujeto expulsa de sí y localiza en el otro las cualidades y sentimientos que su "conciencia moral" rechaza en sí mismo.
Consideraciones finales. Teniendo en cuenta lo expuesto puede decirse que las consecuencias de esta exaltación de un particularísimo (la orientación heterosexual exclusiva) y veneración de un ideal lleva a borrar toda diversidad respecto de la mayoría hegemónica. Por lo tanto si se percibe a la homosexualidad como una enfermedad lleva implícita la idea de "contagio" y se la conceptualiza como una "desviación" o "perversión", conduce a pensar en la posibilidad por parte de estos de "corromper" a los que viven de acuerdo a la "normalidad". Entonces, esto lleva a concluir rápidamente que "los homosexuales no son un modelo apropiado para los niños, ni tampoco están capacitados para la crianza de sus propios hijos", con lo que vemos los resultado, por citar un ejemplo, en los tribunales, en dónde el lesbianismo de la madre es causal para que le quiten la tenencia en un caso de divorcio y que un padre que haya decidido vivir su homosexualidad, sólo se le permite ver a su hijo en presencia de un tercero o un asistente social. Ni pensar entonces, en la posibilidad de adoptar por parte de una pareja homosexual. A mi entender, negarle a una persona la posibilidad de criar a sus propios hijos es atentar contra la capacidad simbolizante de la misma e impedirle su realización en una descendencia y transmitirles a los mismos los valores, tradiciones y cultura que caracterizan su singularidad. Diferente a la mayoría, que no por se "más, implica que su moral sea universal, sino que al borrar e impedir la realización y desarrollo de las personas en la diversidad, se convierte en una mayoría autoritaria. El cuestionamiento que se esgrime haciendo referencia a las futura orientación sexual del niño o la niña será homosexual, no es pertinente, ya que casi todos los homosexuales de occidente han sido criados por heterosexuales. Es decir que la orientación sexual de los padres no dice nada acerca de la orientación sexual de los hijos. Al menos desde el psicoanálisis, ninguna vivencia tiene una significación en sí misma en el sentido de poder hacer una teoría de los efectos más o menos constantes que podrían producir ciertos acontecimientos en la vida de una persona. En todo caso, la forma en que estos incidan o no, dependerá de la singularidad de cada sujeto y el valor que cobren en la historia del mismo. Lo que sí puede preverse es la no exigencia de reprimir compulsivamente las emociones de deseo homosexual, aclarando que la prohibición no caerá sobre el sexo del objeto sexual, sino sobre los deseos incestuosos. Aunque para no generalizar, es preciso diferenciar los progenitores que viven su sexualidad sin culpas, de los que han internalizado la homofobia y no han podido elaborarla. Ya que hemos dicho antes, el superyó del niño no se edifica según el modelo de sus progenitores, sino según el superyo de ellos. Cabe también preguntarse acerca de los efectos en la subjetividad de los niños, por el hecho de constituirse como sujetos en una pareja en la que los roles no son tan rígidos. Una familia en la que un hombre pueda ocuparse de la cocina y de cambiarle los pañales al bebé, o bien; en la que sean una o dos mujeres las que la solventen económicamente o jueguen a la pelota con los chicos. En síntesis, una familia que no se ajuste al discurso del "Amo"; en contraposición al "mandato" patriarcal en que los roles de cada uno los miembros de la pareja están estereotipados y son resistentes al cambio. Cabría esperar también por parte de estos padres y madres una perspectiva profiláctica y anticipativa para saber como actuar en las situaciones difíciles debido a la desfavorable constelación social en que están inmersos. Pero no sólo se abren estan líneas para futuras investigaciones, sino que también cabe preguntarse acerca de otras minorías sexuales como los travestis, que no juzgo conveniente catalogarlos rápidamente como "perversos", ya que también en este caso se hace necesario indagar al sujeto singular, ya que como se dijo anteriormente, podremos encontrar infinidad de motivaciones inconscientes en la determinación de un sujeto travesti; el vestirse con ropas del sexo opuesto es simplemente lo manifiesto. Freud nos advierte que la identificación del niño es con ambos progenitores, lo que no puede preverse es cuales serán los "atributos" de uno y otro progenitor que asimilará. ("La salida y el desenlace de la situación del Edipo en identificación-padre o identificación-madre parece depender entonces, en ambos sexos de la intensidad relativa de las dos disposiciones sexuales. Este es uno de los modos en que la bisexualidad interviene en los destinos del complejo de Edipo.(...). Esta injerencia de la bisexualidad es lo que vuelve tan difícil penetrar con la mirada las constelaciones de las elecciones de objeto e identificaciones , "el yo y el ello", S.Freud, 1923). No podría pensarse en una identificación al "género" de la madre? Además, encontramos travestis homosexuales y travestis heterosexuales. Por otro lado, resulta pertinente etiquetar de psicóticos a los transexuales? Estos sujetos no niegan su anatomía sexual, por eso desean "adecuarla". Hasta que punto no podría pensarse en una identificación a un "atributo" muy particular de la madre: su cuerpo? Muchas preguntas y "enigmas" quedan abiertos, pero un agente de salud mental no puede responder desde la opinión, es decir, desde el prejuicio. Se pueden elaborar hipótesis más o menos acertadas, pero se hace necesario investigar todo este campo del cual se ha hablado y escrito mucho y poco se ha investigado (en especial en nuestro país). Pero no sólo "casos clínicos", que aunque es un medio válido, nos da un enfoque parcial, ya que queda restringido a los sujetos que acuden a consulta. Lo más rico e interesante podría abstener a través de investigaciones de campo en las diferentes temáticas recorridas.
Epílogo. Puntos de vista antropológico y psicosocial, las diferentes investigaciones de la OMS, y las mismísimas opiniones de Freud aquí citadas, entre otras, dan cuenta de las "anomalías" que implican el catalogar a determinada orientación sexual, en sí misma como patológica, así como también los perjuicios que esto trae aparejado. Dichas evidencias requieren que toda persona que bregue por el ejercicio de una praxis (psicoanalítica o no) comprometida con el ser humano (y no con establishment) se abra a un replanteo de sus postulados (ya que los postulados científicos son provisorios y no verdades incuestionables). Ambas posturas son claras: una prácticas profesional que tienda al bienestar y a las reducción del sufrimiento psíquico de las personas que conforman la sociedad o bien, una técnica dirigida a la adaptación de las personas a una sociedad que homogeneiza y no da lugar a las diferencias.

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